El futuro se mueve, y vaya que está sediento. Una de las muchas monedas del progreso es el agua, preciado recurso cuya cantidad se reduce de manera preocupante. Seamos realistas, no podemos hacer mucho para que las industrias consuman menos líquido, ni seguir esperando sentados a que llegue agua potable a las zonas más recónditas del país. Es por eso que nace “ndi ar 'mo̲ngui”, vocablo del otomí que significa “cazar la niebla”. Poniendo al servicio de las comunidades alejadas de las urbes sistemas de recolección de agua procedente de la niebla, la lluvia, y la humedad del ambiente, hechos de carrizo con filtros altamente efectivos de manufactura casera, presentando así una solución inmediata -mas no permanente- a los problemas de accesibilidad del vital líquido mientras los mismos emprendedores de este proyecto trabajan en soluciones duraderas, efectivas, y amigables con el ambiente.